Por: Jorge Capelán — En los días recientes, han ocurrido numerosos actos de ataque y destrucción de bienes culturales inmuebles pertenecientes al Patrimonio Cultural de la Nación, ubicados dentro de los núcleos fundacionales originales de nuestras ciudades patrimoniales: León, Masaya, Granada, representando un atentado para el desmembramiento de la estructura urbana, y la pérdida de testimonios y documentos antiguos que atesoran la riqueza cultural de la identidad local, destruyendo lo que por siglos las comunidades han conservado; menoscabando la identidad de cada ciudad y de la colectividad que le comprende.
Este tipo de ataques de odio tienen como objetivo destruir la memoria histórica del pueblo nicaragüense. Los responsables de estos actos saben que los tesoros culturales forman parte de nuestra identidad, como símbolos de nuestras ciudades, la destrucción de bienes pertenecientes al Patrimonio Cultural de la Nación, genera un mayor impacto entre la población a diferencia de inmuebles comunes que son destruidos.
Para Nicaragua, la destrucción de dichos bienes es una triste pérdida de valiosos recursos culturales que son elementos fundamentales en el desarrollo sociocultural de nuestras localidades, generando un “empobrecimiento cultural” y afectando al Turismo, una de las más importantes fuentes de recursos para nuestro país.
*a) En la ciudad de León* se destruyeron 6 casas antiguas correspondientes al centro histórico, incendiadas con odio y saña generando destrucción del núcleo fundacional de la primera capital de Nicaragua y primera capital de la revolución. Se ubica el desastre a solo 150 metros de la Basílica Catedral (Patrimonio Mundial) y a 50 metros del Parque Central “Plaza de la Liberación Juan José Quezada”.
Se incendiaron y destruyeron:
– Casa del Bar K-23
– Casa de los Billares Lezama
– Casa de la Lotería Nacional
– Casa de la Comidería Las Delicias
– Casa del CUUN